No soy religiosa, pero te contare cómo vivo mi fe

La verdad ya no recuerdo muy bien cuando empece a seguir todo lo relacionado con la vida católica, lo que si estoy segura es que desde muy pequeña le he encontrado ese amor e incluso al crecer tenía todas la cualidades para ser religiosa. Y ustedes se preguntaran ¿Porque no fui monja? la verdad porque yo sentía que no cumplía con ese próposito para mi vida sentía que me faltaba más fe. Estudié en un colegio católico devoto de la virgen del Carmen tal como era el nombre del colegio, les admito que al ser una niña a veces me molestaba hacer actividades involucradas con Dios pero a medida que mis pensamientos se expandieron eso fue cambiando poco a poco.

Como toda persona en este mundo tuve un declive en ese camino perfectamente perfecto y en esos suburbios una fraternidad juvenil me acogió llamada Jufra (Juventud franciscana) como lo dice su nombre éramos fieles seguidores de San Francisco de Asís. Fue un camino que me lleno mucho el corazón y me enseño la verdad humildad y nobleza no sólo conmigo sino con la comunidad. Recuerdo que mis actividades favoritas era el servicio social que con mis hermanitos Nefer, Daniel, Camilo, Francisco hacíamos de todo un poco e incluso hacer postres para recoletar fondos. Y puedo decir que es lindo vivir en fraternidad.

Desafortunadamente mi lapso en la Jufra terminó por temas de requisitos de la edad así que busque otro grupo que me recomendo mi amiga Mayra llamada El Cielo. Era un grupo de jóvenes totalmente diferente a lo que yo estaba acostumbrada. Sin embargo sus charlas formativas de todos los miércoles me llenaban de mucha recarga espiritual. Lo que me regaló Cielo fueron mis amigas en Cristo y eso no lo sustituyo ni por un chuzo desgranado.

Y, hoy día hago parte de Emaús soy muy nueva en este grupo que es muy conocido, en realidad con ellos he fortalecido mi pasión por el servicio a la comunidad. De hecho este sábado tenemos una actividad muy hermosa en un centro geriátrico en Salgar. Lo que más disfruto de las enseñanzas que no ha dejado la biblia ha sido el servicio, y sé que muchos de ustedes tendrán sus preferencias pero esa es la mía. Día a día oro al despertarme y dormir, agradezco siempre por todo lo que tengo o no tengo. Y hace un tiempo he retomado hacer el rosario con mi mamá. Y así es como vivo mi fe, que sigue creciendo sin medidas.