Paso por las calles del sendero infinito y cuando alzó mi mirada veo ese atardecer pintado como la bandera tricolor.
Años sin vivir en mi sabana pero al caminar sobre sus arbustos me doy cuenta que la magia siempre ha estado encendida en ella.
Su gente me hace creer que estoy en un cuento pintado de muchos colores. Al son del porro me levanto y al guapirriar mi garganta se llena de alegría.
No les puedo explicar está sensación que hace hinchar mi corazón de una felicidad indescriptible.
Una felicidad que explota desde mis adentros y aquel que se me atraviesa le pinto una felicidad en su cara.
Enamorada estoy de esta tierra que me vio crecer y aunque desde pequeña viajó hacia ella, jamás me aburro de mi sabana.
Comments