En el transcurso de mi vida católica he aprendido lo que es amar a Dios y seguir sus pasos atravesando barreras tanto en mi vida como a las personas de mi comunidad. Yo era muy ignorante y no tenía muy claro el propósito primordial de esta celebración católica mas sin embargo gracias a personas religiosas y con la ayuda de artículos pude entender con mayor claridad el tema principal de porque esta fecha es tan especial. Es muy importante compartirles que cuando el pan y el vino aparecen en la iglesia es llamado transubstanciación (cambio de sustancia) en ese justo momento el padre proclama sobre el pan y el vino durante la eucaristía “Este es mi cuerpo”, “Esta es mi sangre”, “Hagan esto en memoria mía”. Este mismo acto fue realizado por el mismo Cristo como símbolo de su sangre y cuerpo entonces ya van a ir logrando entender el trasfondo de este acto tan importante.
Jesús reunido con sus apóstoles en la última cena instituyo el sacramento de la eucaristía: “Tomen y coman; esto es mi cuerpo…” (Mt 26,26-28). De esa misma forma hizo participes de su sacerdocio a los apóstoles y les mandó que hicieran lo mismo en memoria suya. He allí el claro ejemplo de cómo Jesús reflejo por medio de esa frase la presencia de lo más puro de su cuerpo en dos ingredientes que para muchos pueden ser insignificantes pero de mucho valor para la comunidad católica.
Para mí la sangre de Cristo siempre ha reflejado poder sobre cada uno de nosotros y la protección que conlleva es inmensamente poderosa que no existen palabras que verdaderamente expresen la fuerza espiritual que derrama en nosotros los seres humanos o como lo quieras llamar. Es un hecho también que el cuerpo es reflejo de la carne que fue creada y diseñada perfectamente por las manos de nuestro señor Dios, un bello reflejo de la perfección hecha hombre y llamado el hijo de Dios.
Para irnos más allá de nuestros pensamientos se preguntarán ¿Cuál es el origen? En el siglo XIII una monja llamada Juliana de Lieja nacida en Bélgica le tenía mucha pasión al acto de la eucaristía y a sus 16 años de edad tuvo una visión de la iglesia comparada con una luna llena con un punto oscuro que significaba que la iglesia carecía de una fiesta dedicada solo al cuerpo y sangre de Cristo. Durante mucho tiempo presento esta misma visión pero ella no creía que esta fiesta pueda ser real y por años lo mantuvo en secreto. Al ser escogida como superiora de su convento ella no dudo en expresarle su visión a su confesor y el transmitió la propuesta al obispo. Y así empezó el camino hacia la institución de la fiesta del Corpus Christi.
Como seguidora de San Francisco de Asís recalcó lo que el expresó: “En este mundo no veo al altísimo hijo de Dios pero si a su santísimo cuerpo y sangre”. En pocas palabras en la tierra no palpamos y no presenciamos un ser sobrenatural pero tenemos ante nuestros ojos la verdadera representación de lo que es su ser espiritual reflejado en el pan u hostia y el vino. Esta festividad es un hecho importante para los católicos porque es el claro ejemplo de demostrar su fe y devoción hacia la Eucaristía. En el transcurso de los años esta celebración se ha convertido en un original evento cultural y turístico y alrededor del mundo ha causado un impacto de fe católica en las personas y toda la comunidad. Es una verdadera creencia en donde muchos presencian a Jesús en la eucaristía con el verdadero fin de compartir la fe con toda la comunidad. Durante la santa misa se realiza una procesión que tiene en ella el santísimo sacramento llevado en una custodia y es mostrado en las calles de toda la comunidad.
El milagro de Bolsena
Se relata que durante el año 1263 mientras un sacerdote estaba celebrando la santa misa en la localidad de Bolsena, Italia, la hostia comenzó a brotar sangre.
Este hecho fue conocido en esa época entre la comunidad católica como “el milagro de Bolsena”, fue declarado como un evento santo y afianzo la celebración del Corpus Christi.
Ahora bien, no se trata solo de ingerir la hostia y el vino, todo esto proviene del cuerpo de Cristo y por ende hipotéticamente nos estamos alimentando de lo más sagrado y puro del hijo de Dios, aquel que nos da fuerza y llena de nuestro espíritu un ser sediento y con un hambre voraz para sentirlo en cada minúscula parte de nuestro cuerpo y renacemos cada vez que escuchamos su palabra en la eucaristía. Ese el verdadero poder de corpus christi.
Comments